La sociedad actual está caracterizada por la globalización que, entre otras cosas, implica una rápida transformación de los procesos. Las organizaciones, públicas y privadas, tienen que definir sus acciones enfocadas a transformar sus procesos en términos de calidad, eficiencia y competencias, aplicando métodos y estrategias de operación que permitan la aplicación y adquisición de conocimientos.
La administración del conocimiento tiene sus orígenes en prácticas administrativas y empresariales desarrolladas a partir de la segunda guerra mundial, es en los 90’s donde tiene mayor auge, ya que muchas empresas han valorado el interés de identificar y almacenar la experiencia, conocimientos y relaciones que se generan dentro de su organización.
El reto para toda dirección de una organización consiste en administrar este flujo de conocimiento de una manera eficiente, costeable y productiva. El conocimiento tácito apropiado en cada etapa debe ser extraído, procesado, comunicado y almacenado en forma rápida, precisa y barata.
Hoy en día, no se puede concebir una buena administración organizacional, sin hacer uso de la herramienta fundamental como lo son las Tecnologías de Información; se puede afirmar que en un futuro inmediato, a todo administrador, cualquiera que sea su sector económico, que pretenda competir de manera eficaz e imaginativa, le será absolutamente imposible hacerlo sin contar con los recursos que, hoy ya tiene a su disposición con la imagen, la informática y las tecnologías de información y comunicación.
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